Paso a paso camina
como midiendo el tiempo,
la carga de los años
le va siendo pesada,
práctico matemático
de las horas nocturnas,
las ha contado tanto
que cuando mira el cielo
las estrellas le avisan
cuántas horas le faltan
para volver al rancho.
Un radio, una linterna,
un abrigo en el hombro,
divulgan el oficio
de este obrero al pasar.
Las manchas de la luna
se han metido en sus ojos,
se han echado en su pelo
los brillantes mechones
de un copo sideral.
Y camina hacia el rancho
pisando su miseria,
con el sueño tendido
como un manto, en su piel,
y se tira en el suelo
a descansar sus huellas,
y en un sueño profundo
muy propio de su mundo,
tirado allí en el suelo,
¡sueña con las estrellas!
© Gabriel Moquete.
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