Su profesión: sastrería.
Oficio: Restaurador.
Este manso tejedor
tambien ardía en rebeldía
cuando España aquí metía
sus uñas en La Anexión,
el gran Benito Monción
cruzó a Haití en busca de ayuda,
andaba en alma desnuda
y revestido de acción.
Cruzó a Hatí a recolectar
armas y tambien dinero
para sacar al hatero
y a su protector leal.
Andando sin descansar
llegó un día a Cabo Hatiano,
allí se encontró a un paisano
que tenía una sastrería
y que desde allí sufría
el dolor dominicano.
Humberto Marsán, se llama.
¡Se llama, lo digo así
porque aún flota feliz
envuelto en divina llama!
Cuando Monción, de la trama
le confiesa su misión,
se pone a disposición
del insigne visitante
y desde ese mismo instante
se mete en la noble acción.
En seguida recolecta
armas y tambien dinero
que entrega con mucho esmero
a Monción, que grato acepta.
Pero tambien manifiesta
su orgullo a lo nacional
al feliz, confeccionar
la bandera tricolor
que restaurará el honor
desde aquél cerro inmortal.
Por eso, Humberto Marsán
tambien flota en la bandera
como si la brisa fuera
alma de su patrio afán.
¡Vientos que vienen y van
removiendo la memoria,
si buscan la trayectoria
del sastre Restaurador!
¡Para encontrarlo mejor,
vientos, métanse a la historia!
©Gabriel Moquete
Historia rimada
Orgullo de la familia Marsan y la descendencia del Honorable Maximiliano Marsan, Don Puchulo (miabuelo).
ResponderEliminarDe Guayubin
ResponderEliminarEse fue mí bisabuelo soy nieto de su hija Guillermina marzan viuda fondeur
ResponderEliminarMí bisabuelo que viva su memoria
ResponderEliminar