lunes, 10 de abril de 2017

El monográfico. Décimas



La jovencita estudiaba
en una universidad
y su querido papá
siempre la supervisaba.
Las notas le revisaba
con dedicada pasión,
era su preocupación
ver a su hija triunfar
y verla feliz llegar
a una buena profesión.

La jovencita salía
para la universidad
y se quedaba el papá
rebosante de alegría.
Pero pasaban los días
las semanas y los años
y un comportamiento extraño
en la joven se notaba,
estudiaba y estudiaba
pero no ascendía peldaños.

El padre, incómodo, un día
por su nivel preguntó
y la hija contestó
que el monográfico hacía.
Y cuando el padre insistía
del monográfico aquél,
la joven trajo ante él
el monográfico hablado,
era un mono dibujado
en un trozo de papel.

©Gabriel Moquete

domingo, 9 de abril de 2017

DIBUJOS


El Feisbu está dibujando
al carbón a mucha gente
yo los miro y de repente
me quedo a veces dudando.
Muchos, muy bien van quedando
pero otros y otras, por ñapas,
debajo de las solapas
caen a veces sus melenas,
me causan risas y penas,
recuerdo a nuestras ciguapas.

Pero es justo, y lo hago ver,
que muchos salen exactos
como si fueran retratos
de algún famoso pincel.
Hasta ahora, quiero ser
un observador lejano,
no quiero que don fulano
y fulana, se den gusto,
al notar los atributos
de mi cara de marrano.

©Gabriel Moquete

HOLA, PRECIOSA MAÑANA


Hola, preciosa mañana,
es justo que te salude
pues temprano te sacudes
con tus colores y dianas.
Son para mi las campanas
que me despiertan temprano,
quién no se levanta ufano
al tenerte de visita,
adorada mañanita,
tu coral parece humano.

No te digo que te quedes
porque le das paso al día,
tu aurora, con la alegría
va disipando tus redes.
Al ensanchar tus paredes
surge el divino fulgor
que nos cobija de amor
entre metas y alegrías,
eres la puerta del día
¡ERES CASCADA DE SOL!

©Gabriel Moquete.

EL LOCO DICHOSO (Décimas), Gabriel Moquete


La ciudad parece un foco
de derretidos mentales,
por donde quiera te sale
una caterva de locos.
Y no crean que me equivoco
o invento este comentario
que se puede ver a diario
en cualquier campo o ciudad
de locos, gran cantidad
como monjes sedentarios.
Ayer mismo, yo salí
a pasear por el poblado
y me quedé ensimismado
por tantos locos que vi.
Hasta me siento feliz
y mi existencia bendigo
pues me encontré con amigos
que locos no los creía,
¡Qué buena suerte la mía,
que no me encontré conmigo!

©Gabriel Moquete

domingo, 2 de abril de 2017

LA MUERTE DE UNA MARCHANTA



Por GABRIEL MOQUETE

Campanas del campanario
de la iglesia del poblado,
toquen a duelo cerrado
que hay luto en el vecindario.
Doña Florencia Rosario,
la marchanta que venía
en su burra día a día
con nostálgico pregón,
ha cambiado de opinión,
se marchó con su agonía.

Murió la vieja marchanta,
la marchanta de las flores,
la que con roncos temblores
vendía a plena garganta.
No era virgen ni era santa
pero su canto era amor,
en su tumba no hay rumor
de rezos y letanías,
¡la que flores repartía!
¡Nadie le llevó una flor!

Se fugaron las abejas,
se fueron del colmenar,
todas vuelan a danzar
en la tumba de la vieja.
Exhiben tristes las quejas
propias de un duelo mayor
pues se ha escapado la flor
que más polen les brindaba,
la que entre aromas cantaba,
la que pregonaba ¡amor!

No toquen a duelo, no,
repiquen gloria, campanas,
que la tumba de la anciana
de gozo se rebozó.
La abeja vino y regó
el polen de sus labores,
mariposas de colores
no caben en el confín,
la tumba es grato jardín,
¡está tupido de amores!

©Gabriel Moquete