Pedro Genaro Rodríguez |
[Amor con amor se paga]
Décimas
Por GABRIEL MOQUETE
¿De dónde vienes tortuga?
Tortuga, ¿de dónde vienes
que tanto Güibia entretiene
tu desovar tras tu fuga?
Llegas con tus mil arrugas
y cuarenta años, o más,
y desovas y te vas
por tus mecidos caminos
dejando unos peregrinos
que irán más tarde..., ¡quizás!
Los hijos que dejarás
en tu nidal escondido
son frutos desconocidos,
¡nunca los conocerás!
Pero eres dulce mamá
y como madre abnegada
sales de la mar, callada,
arriesgada en la tarea
y libre de la marea
descargas tu estirpe amada.
Llegan a Güibia, escondidas
estas tortugas carey,
aquí las cuida la ley,
es «especie protegida».
Andan buscando guarida
huyendo a depredadores
y nuestros alrededores
-¡dichoso nuestro país!-
es su destino feliz
para alojar sus «amores».
Hay que ampararlas, ¡cuidado
quien ose poner siquiera
una mirada que hiera
a este huésped sagrado!
El país, afortunado
abre su don de amistad
a quien deja su habitat
natural, aguas afuera
y viene a muestras riberas
buscando seguridad.
Brigadas de Medio Ambiente
custodian con precaución
para evitar violación
a este nicho reverente.
Güiby fue el antecedente,
otra tortuga preñada
que estuvo en Güibia alojada
para también desovar.
Luego se vuelven al mar,
su gigantesca morada.
Aquí son señalizadas
para saber dónde están,
y si regresan, serán
nueva vez, muy bien tratadas.
Tengamos pues, la morada
maternal en condiciones
por si en otras ocasiones
eligen nuestro destino,
somos paz en su camino,
quietud de sus emociones.
Somos destino elegido
por una especie animal
para cuidarse del mal,
aquí fabrica su nido.
Estamos comprometidos
a ser un gran protector,
si busca nuestro calor
nuestro amparo y nuestra ley,
a la tortuga carey
¡paguémosle con amor!
© Gabriel Moquete
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