martes, 30 de octubre de 2012

Rulo (Décimas)



Pobre rulo,cenicito
abandonado a su suerte,
como el que espera la muerte
en un rincón,calladito.
Como reo sin delito,
malo, sin hacer maldad,
como una dulce verdad
que una mentira semeja,
tradición firme y añeja
que arrastra una sociedad.

El rulo, por tradición
ha sido menospreciado,
esto ha venido inculcado
por cada generación.
No ha habido una educación
ni casera ni escolar
que se encargue de enseñar
las diversas proteínas
y tambien las vitaminas
del recurso vegetal.

El país está invadido
de un costal a otro costal
de un maná medicinal
que tiene al país cundido.
Está el pueblo sometido
al mensaje comercial,
enfermos, van a comprar
sin que estudios les realicen,
una vaina que le dicen
medicina natural.

Cualquier Juan de los Palotes
pone un negocio en la esquina
para vender medicinas,
y allí se hace un señorote.
Manda a muchachas, con lotes
del referido maná
a vender por la ciudad
tocando casa por casa,
como la plata está escasa,
hay muchachas por "pipá".

Es raro el supermercado
que tenga rulos en venta,
el empresario no inventa
con un producto estancado.
Pero si diciembre ha entrado
allá cambian los papeles,
el rulo toma niveles
de lujosa mercancía
pues han llegado los días
de andar rodando en pasteles.

A ningún país le luce,
y si es pobre, mucho menos,
desechar un fruto bueno
que en propio suelo produce.
Este error siempre conduce
hacia un triste derrotero
pues si no le da primero
valor a su propiedad
lo llenarán sin piedad
de productos extranjeros.

Si quiere un sancocho "prieto"
con el rulo hay que contar
es el que le sabe dar
el color para este objeto.
Hay que educar al respecto
a jóvenes y mayores,
hay que sembrar con amores
nuestros propios alimentos,
dejémonos ya de cuentos,
     ¡a comer rulos, señores!
  
      © Gabriel Moquete


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