domingo, 14 de octubre de 2012

El amor se había marchado, décima





Lejano amor sepultado
por las brisas del ayer,
cómo me duele saber
que no hay remedio inventado
para atraerte a mi lado
a la edad con que te fuiste,
a la edad con que metiste
aquél sabroso aguijón
que endulzó mi corazón
con tanta miel que le diste.
-
Amor de la adolescencia,
cuando duelen más las cosas,
cuando al olor de la rosa
sentimos la resistencia
de la espina, en insistencia
como guardián centinela,
amor de recreo de escuela,
de asomos muy comedidos
para ganarle partido
al cuidado de la abuela.-
-
Amor que un día, sin adiós
apartaste nuestras vidas
sin siquiera despedida
permitir entre los dos.
Hoy que la he encontrado yo
como quien halla su luz,
traté de tirar la cruz
que me tiene maniatado,
qué infeliz equivocado:
ya no estás presente tú.
-
 © Gabriel Moquete        

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