lunes, 17 de diciembre de 2012
Buen viaje, por Gabriel Moquete
Noto en tus afanes,
que quieres marcharte,
tus pasos apremian,
ligero es tu andar;
masticas palabras
que engulles soberbia,
tiras a la cama
tu ropa arrugada,
te alisas el pelo
con brutal destreza,
pasas por mi lado
y casi me rozas
como provocando
alguna reacción.
Y yo te contemplo
desde mi butaca,
callado, sereno,
escrutando el drama
como un abonado
que espera tan solo
que baje el telón.
Y al notar el pulso
de mi reciedumbre
los vientos de orgullo
se van suavizando
como una tormenta
que se traga el mar.
Entonces inclino
mi gentil butaca
y con aire fresco
y el alma tranquila,
sin poses de orgullo
ni de vanidad,
te digo sereno:
-Si acaso te marchas,
(digo, si es verdad)
dile adiós al viento,
y márchate en paz.
© Gabriel Moquete
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