Distinguido rey amor,
de ti se hablan tantas cosas
que abundar con estas prosas
es tirarle fuego al sol.
Pero como el resplandor
de tu luz todo lo abarca
yo tambien llevo la marca
de tu flecha envenenada,
en una playa olvidada
tambien me dejó tu barca.
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Te aprovechas de las fiestas
de los días de carnavales
y por donde quiera sales
con atractiva careta.
El corazón que te acepta
y te da entrada formal,
dispuesto debe de estar
para cumplir tu mandato:
a reir cuando eres grato,
si eres ingrato, llorar.
-
Eres malo y eres bueno,
depende la magnitud
del grado que pongas tú
en tu potente veneno.
Quiero vivir en tu seno
aunque me pique el dolor,
pues tu anestesia es mejor
que una herida sin curar,
¡para morir de otro mal,
prefiero morir de amor!
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© Gabriel Moquete
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