La jovencita estudiaba
en una universidad
y su querido papá
siempre la supervisaba.
Las notas le revisaba
con dedicada pasión,
era su preocupación
ver a su hija triunfar
y verla feliz llegar
a una buena profesión.
La jovencita salía
para la universidad
y se quedaba el papá
rebosante de alegría.
Pero pasaban los días
las semanas y los años
y un comportamiento extraño
en la joven se notaba,
estudiaba y estudiaba
pero no ascendía peldaños.
El padre, incómodo, un día
por su nivel preguntó
y la hija contestó
que el monográfico hacía.
Y cuando el padre insistía
del monográfico aquél,
la joven trajo ante él
el monográfico hablado,
era un mono dibujado
en un trozo de papel.
©Gabriel Moquete