La ciudad parece un foco
de derretidos mentales,
por donde quiera te sale
una caterva de locos.
Y no crean que me equivoco
o invento este comentario
que se puede ver a diario
en cualquier campo o ciudad
de locos, gran cantidad
como monjes sedentarios.
Ayer mismo, yo salí
a pasear por el poblado
y me quedé ensimismado
por tantos locos que vi.
Hasta me siento feliz
y mi existencia bendigo
pues me encontré con amigos
que locos no los creía,
¡Qué buena suerte la mía,
que no me encontré conmigo!
©Gabriel Moquete
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