domingo, 11 de agosto de 2013

LA FLAUTA DE TIMOTEO

 
Añadiendo canelones
Timoteo hizo una flauta,
él mismo trazó las pautas
de sus raras invenciones.
Los hoyos de entonaciones
muy bien supo colocar,
con ella podía tocar,
soplando, mil melodías,
buenos pulmones tenía...,
muy buen aire musical.
 
Timoteo se entretenía
con su «pasta musical»,
con ella aprendió a tocar
un sin fin de melodías.
Así pasaba los días,
tan feliz y tan contento
que pegado a su instrumento
de todo se descuidaba,
ya ni siquiera buscaba
el cotidiano alimento.
 
Un día Timoteo salió,
dejó la flauta en la mesa
pero a su esposa, Teresa,
de comer nada dejó.
En la noche regresó,
muerto de hambre alzó platones
con hambrientas ilusiones,
pero se amargó la vida
pues encontró de comida
arroz blanco... y canelones.

Por GABRIEL MOQUETE